La luz del atardecer baña la escena, creando un juego de sombras y luces que realza la belleza de la buganvilla. Cada pincelada es un acto de amor, capturando la textura aterciopelada de los pétalos y la rugosidad de la piedra de la escalera. Los tonos morados se entremezclan con toques de rosa, fucsia y magenta, creando una sinfonía de color que evoca la pasión y la alegría.

Autor Martín
Paso 1,2,3

Paso 2,3,4

Paso 5,6,7

TERMINADO
